14 de febrero de 2009

Otro Regalo Para Vos

st_valentines_2009

Casi se me acaba el día, pero no podía dejar pasar la ocasión. Asi es, no lo bloguee, pero volví de mi genial viaje y espero más adelante hablar un poco de eso y postear fotos.

Pero resulta que hace exactamente un año publique mi primer relato de Morlacs y me parece apropiado reemplazar la cursilería amorosa de San Valentin con la emocionante y amenazante presencia de los Morlacs en lo que debería ser su día.
Con respecto a la tarjeta que comenzó todo, sigue en mi poder, asi que voy a intentar entregarla nuevamente. Esta vez más aleatoriamente, de todas las damas que dejen un comentario (esta vez voy a discriminar) hasta el miércoles, voy a seleccionar una randomicamente para hacerle entrega de esta tarjeta única y fantástica.

La historia que voy a presentar hoy supuestamente iba a ser parte de los múltiples cuentos que planeaba publicar la semana de Halloween (de los cuales solo uno llego a concretarse). Es un poco diferente en tono, no pretende cargar mucho humor y la narrativa es un tanto extraña (quizás noten porque). También es uno de mis pocos relatos en no tener ningún paréntesis, raro en mi ya que abuso de ese recurso todo lo que puedo. Vale aclarar que como todos los cuentos de Morlcas que voy posteando, estan en su primer borrador asi que no se sorprendan por la falta de destellante escritura. Y básicamente léanlo y comenten que les pareció.
Nota: Aca tenes Guillermo!!!! MORLAAAAAAACSSSSSSS!!!!! AHHHHHHH!!!!

morlacs_intrigante

El Extrañ
o Intrigante
Por Sam

La planta de sus pies estaban sucios. Pies que se deslizaban lentamente por la alfombra a un paso incierto y levemente desequilibrado. Unos zapatos blancos de taco alto colgaban de dos dedos de su mano, parecían estar siempre a punto de caerse. Tenia puesto un vestido elegante, también blanco, que dejaba ver parte de su espalda, de su piel.
No podía recordar con exactitud que número era su habitación. Sabía que estaba en el piso correcto, pero el número de la habitación aparentemente formaba parte de la gran lista de cosas que había olvidado esa noche. Tampoco sabia donde estarían las llaves, hasta que recordó que en su otra mano llevaba su pequeño y resplandeciente bolso. Se detuvo, levantó el brazo derecho y lo hizo entrar en su campo visual. En efecto estaba sosteniendo un bolso, justo enfrente de su cara. Sabia que si soltaba lo que tenia en una u otra mano para revisar el bolso, lo más probable es que aquello quedara en el suelo. Acerco más aun su cara al bolso e hizo presión con su nariz para abrirlo, una vez que lo logró, vio que las llaves estaban dentro y pudo apreciar el número.


Una fiesta, ahí es donde había estado. La memoria empezaba a volver lentamente y más items se iban tachando de la lista. Aun no recordaba porque había estado en una fiesta, pero era mejor procesar un recuerdo a la vez.
La música de ritmos marcados e insistentemente repetitivos hacían vibrar el lugar, hacía cambiar los colores. Recordaba que cuando llegó a la fiesta, la gente notaba su presencia, su vestido robaba miradas, tomaba atenciones prestadas. Sin embargo había alguien cuya atención no pudo captar.
En ese momento su memoria interrumpió para traer un recuerdo anterior. Había viajado por trabajo, seguramente porque se dedicaba a editar libros, a trabajar con autores, a asistir en las ocasionales giras. Era su última noche en aquella lejana ciudad, generalmente su agenda esta completa durante toda su estadía, pero el vuelo de regreso se había pospuesto por mal tiempo, o por huelga o algún motivo que muy poco importa en este momento.
Lo que necesitaba en ese momento era una fiesta, era bailar, eran todas esas cosas que apagan al resto del mundo.


Aquel era un extraño misterioso, como en esa canción de Madonna. Había algo muy raro en el, estaba vestido de forma elegante pero por algún motivo parecía forzado en ese contexto. Era intrigante. Fue hasta la barra, ordenó un Martini y pidió al Barman que mande uno al extraño. Pensó que no era mala idea aplicar la determinación que usa en su trabajo, en esta ocasión. Minutos después el extraño intrigante apareció sentado al lado, agradeció el trago pero se disculpó al señalar que no bebe nada que no sea Earl Grey. El comentario del extraño le causo gracia. Empezaron a hablar, era un gran conversador, llevaba la charla, tenia el control. La forma en que conducía el encuentro como un director de orquesta era seductor. Siempre contestaba lo correcto, en el momento indicado. Robaba sonrisas constantemente, no titubeaba a la hora de contradecir. Los tragos no paraban de venir y las tazas de té se acumulaban paralelamente. Nunca había conocido a alguien tan interesante. Tenia la seguridad de que si sacaba una brújula en ese momento, la aguja iba apuntar hacia el, a pesar de que el norte estuviese hacia el otro lado. Sabia perfectamente como hacer sentir a gusto en todo momento.
El beso también ocurrió en el momento exacto en el que tenia que ocurrir. Un beso muy intenso, con sabor a té y a mundos lejanos.
Era encantador.


No tenia idea de cuanto había bebido, ni de cuanto tiempo había pasado, pero definitivamente no le pareció demasiado pronto cuando el le pregunto donde se estaba hospedando.
Luego recordó que el extraño dijo que se iba a ir, que aprovechara para bailar. Durante toda la charla olvidó las ganas que tenia de bailar, asi que asintió. Bailaba al ritmo de la insistentemente repetitiva música, como parte de un rito sonámbulo, como si nadie más estuviese en la pista, como si no hubiese mañana.
Sin embargo, antes del baile, el extraño intrigante le habia ofrecido esperar en su habitación. Encontró la propuesta irrechazable, le dijo que iba a necesitar las llaves. El extraño negó con la cabeza e indicó que solo necesitaba saber el número de la habitación.


"107" era el número que estaba grabado en la llave que había en su bolso. Los recuerdos habían vuelto casi completamente. Todo el baile fue muy agotador y amplificó rápidamente el efecto del alcohol. Caminó hasta la puerta de su habitación, aun con los zapatos en una mano. Introdujo la llave en la cerradura preguntándose si el estaría ahí, como había entrado en tal caso, y si realmente había ocurrido ese encuentro tan inusual.
Las prendas del extraño estaban en el suelo, y el estaba en la cama, esperando. Si bien no todas las luces de la habitación estaban encendidas, la iluminación era mucho más clara y especifica que la de aquel otro lugar donde fue a bailar. Dejo caer los zapatos al suelo al darse cuenta de que había besado un Morlac, y ahora estaba en su cama. Todo era tan evidente ahora, no habia escapatoria, este era el fin. Podía haber intentado huir, pero supo que era inútil. Sí este era el fin, pensó, lo mejor iba a ser disfrutarlo. Colgó el cartel que indicaba "No Molestar" en el picaporte y cerró la puerta. Después de todo, era encantador.

4 comentarios:

  1. Zapatos de taco alto y morlacs... Esto le otorga toda una nueva perspectiva freudiana al asunto. Me encantó, veradero terror psicológico, y al mismo tiempo la vieja habilidad de trastornar ese discurso barato, de mala traducción de novela de Raymond Chandler, en favor de la subversión del discurso neocolonialista: los fuckin' morlacs, caos, anarquía, V de canibalismo en las camas de seda de los organizadores del final, de nuestro capitalismo tardío. ¿Qué carajo son los morlacs? La culpa del mundo dividido, la invasión del inconsciente en un presente que de tan brillante en sus superficies encandila, marea, vórtiga a sus pobres diablos, a sus idiotas encandiladas de feminismo Cosmopolitan y vestidos escotados de lentejuelas plateadas...

    Sam, tu habilidad para no repetirte y hacer algo nuevo de acada aparición de estas siniestras criaturas es algo de otro mundo...

    Como los morlacs.

    Morlacs. Sí.


    ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!


    (morlacs)

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  2. I loved it!

    Y me encanto la tapa tambien.

    Y seguro dijiste q era el primer borrador para que todos pensemos "wow, el primer borrador y lo escribio taan taan bien q no cambiaria absolutamente, ABSOLUTAMENTE nada...*sigh* Sam es perfeccion"...Si, fue asi, lo se.

    Me copo q solo tomara Earl Grey y que fuese tan elegante. Pure charm indeed.

    Nasty St. Valentine's!

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  3. por ahora se la lleva Penny Penny Laneee y mas vale q no publicites tu blog, ehh

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  4. IT'S MINEEE...Espere un año, pero es miaaa, no?

    Por que no veo a ninguna otra chica 'round here.

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