…touched for the very first time.
Quería naturalmente postear esto ayer, pero siempre ocurre algo.
Cuarenta años hace que el gil llego a la luna. Durante millones de años, la luna en todo su esplendor y magnificencia fue testigo del nacimiento y evolución del hombre. Imagínense a la imperturbable luna, solitaria por décadas y siglos y milenios, recibiendo solo la visita muy ocasional de un asteroide o algún que otro objeto contundente cósmico. Hasta que hace 40 años llega una lata voladora (que hoy en día parece una obra de Regazzoni), desciende sobre su superficie, y salen dos seres vestidos con ridículos trajes blancos (y un tercero que se tuvo que quedar todo el viaje adentro). Imaginen lo absurdo que eso es, desde el punto de vista de la luna. De repente tenés dos giles saltando y bailando en tu superficie. Uno de los mayores logros de la humanidad, fue uno de los momentos cósmicos más bizarros del universo.
Pero más que nada quería aprovechar esta ocasión para “presentar”, mi creación musical. Lo cual a esta altura también es un poco ridículo, ya que dicha creación data del 2006 (como pasa el tiempo). Se trata de lo que considero como mi primer album, Black Moon Club.
Y también valdría notar que hace ya más de un año que estoy re-mezclando el álbum completo (ya que no estoy conforme del todo con la que hice en su momento) para re-lanzarlo en todo su esplendor de manera acorde con el 2009/2010.
En celebración de esta fecha quiero compartir un adelanto de lo que estuve haciendo, con la versión 2009 (aun sin terminar), del tema Cry For The Moon. Me acabo de enterar de que hay un tema de Epica, que se llama exactamente igual, y salió dos años antes que el mío… tendré que conformarme con el hecho de que es completamente nefasto.
También si no me equivoco es una frase de una letra de un tema de Pink Floyd, no recuerdo cual, pero tampoco había notado eso cuando se me ocurrió el nombre (aunque esa asociación no me molesta en absoluto).
Sin más preludio, los dejo con esta extraña composición, ideal para un día como hoy:
Y les voy a revelar un secreto. Ese coro muy intimidante, oscuro y tétrico… son los niños cantores de Viena cantando una canción tradicional navideña. Yo puse manos a la obra para transformarlo en lo que oyen.
Por último, y cambiando de tema, se ha publicado un pequeño articulo que escribí para 60fps, la nueva magistral publicación de Tomás García.
Lo pueden leer por acá.
Y básicamente eso.